viernes, agosto 26, 2005

Aprendizaje

Una de las preocupaciones más frecuentes de las instituciones educativas, es el desarrollo de nuevas estrategias y métodos de aprendizaje. En este esfuerzo, no sólo deben tenerse en cuenta los contenidos, sino también las habilidades, intereses y actitudes de los niños. Así las cosas, la tarea educacional puede, según el foco de nuestra atención, poner su énfasis ya sea en la enseñanza (foco puesto en los contenidos y el proceso de entregarlos) o en el aprendizaje (atención centrada en el niño y su papel activo).
Tradicionalmente, la enseñanza era concebida como una entrega unidireccional de conocimientos, en que el alumno aparecía como un mero receptor de la información entregada en la clase. Este modo de entender la educación llevaba consigo la tarea de condicionar al niño en este rol pasivo. Los fundamentos para mantener (por algunos), hasta nuestros días, este actuar, se originan en el conductismo, corriente psicológica desarrollada a comienzos de este siglo, la que se basa en lograr respuestas a partir de estímulos específicos, como ocurre por ejemplo en las técnicas de adiestramiento. Pese a que desde el siglo XVIII aparecieron voces que propugnaban nuevos enfoques para la educación, representadas por ejemplo por Rousseau durante la Ilustración, esto se dio desde el campo de la filosofía y la política, no logrando influir decididamente en los programas educativos. Fue necesario el avance y aporte de las teorías de la psicología y de la educación, cuyo máximo exponente es Jean Piaget, para que se comprendiera al niño como un constructor de los procesos interactivos que permiten su desarrollo.
Lo anterior constituye el sustento de los cambios referidos a materias educacionales, los que se dan a escala global en las últimas décadas. En nuestro país, el proceso de Reforma Educacional apunta hacia la formulación de un modelo de enseñanza-aprendizaje, en que el alumno cumple un rol protagónico en el descubrimiento del mundo que le rodea, su comprensión y aplicabilidad hacia su propia cultura. En este contexto, el Profesor se constituye en un mediador, poniendo al alcance del alumno todos los recursos didácticos necesarios para el aprendizaje, entendido como un proceso activo, que transcurre tanto dentro como fuera del aula, obligando a la creación de metodologías innovadoras y participativas.
Lo señalado aparecería como una dinámica en la que participan sólo dos actores: el colegio y el alumno. Sin embargo, si entendemos la educación en su acepción más holística e integradora, no es posible separar la educación formal, la del colegio, de la originada en el seno de la familia. Deben entonces los padres, junto a sus hijos y a los docentes, formar parte vital y también protagónica de este proceso.

1 comentario:

Claudia Ramos dijo...

Hola Julio,
Felicitaciones por tu blog, te invito a visitar mi blog y a sumarte a la campaña POBLARICA, que consiste en masificar nuestro sitio www.atinaarica.cl

Un gran Saludo.