Desde el punto de vista educacional, un niño con aprendizaje lento se caracteriza por una menor velocidad para aprender, con relación a la velocidad con que aprende la mayoría de los niños del mismo curso y nivel sociocultural; mayor dificultad para retener la información verbal y escrita; menor capacidad de atención a estímulos verbales y de expresión, así como una insuficiencia para evocar la materia aprendida. Debido a su menor ritmo de progreso, que los obliga a dedicar bastante más tiempo que otros niños para aprender algunas materias, están constantemente rezagados frente a sus compañeros.
Los problemas pedagógicos derivados de un aprendizaje lento son difíciles de solucionar directamente con las metodologías de enseñanza habituales. Estos están relacionados con las siguientes insuficiencias que dificultan la labor docente:
- Falta de concordancia entre el nivel de desarrollo de sus estructuras cognitivas y la complejidad de determinados contenidos escolares.
- Insuficiente motivación para aprender, acompañada, con frecuencia, de bajo nivel en su autoestima.
- Dificultad del niño para adquirir una autonomía de estudio y aprendizaje, que le permita establecer sus propias estrategias para estudiar y memorizar, hacer síntesis, generalizar sus conocimientos o asociarlos con los preexistentes, lo cual afecta su rendimiento global.
- Por otra parte, las condiciones en que el docente debe llevar a cabo la labor educativa de sus alumnos, como por ejemplo la gran cantidad de niños por curso, interfiere significativamente en la adecuada atención que debería brindar este profesional hacia estos niños.
- Las dificultades de aprendizaje de estos alumnos aparecen frecuentemente asociadas con alteraciones emocionales, las que contribuyen a potenciar su impacto negativo sobre el desarrollo psicológico infantil.
La familia juega un rol protagónico en la integración del niño con aprendizaje lento al sistema educacional común, ya que si el grupo familiar estructura un sistema de interacción basado en un modelo de convivencia con tensiones, agresividad, desautorización entre los padres de sus actitudes hacia el niño, intolerancia hacia el bajo rendimiento de su hijo, sobreexigencia de sus capacidades, expectativas paternas inadecuadas, etc., producen habitualmente una agudización de sus dificultades, fracaso escolar y en casos extremos deserción escolar temprana.
Lo anterior nos lleva a una reflexión obligada, cual es la de pensar si existen los medios para potenciar las capacidades de estos niños, superar sus dificultades y otorgar, en definitiva, igualdad de oportunidades a ellos. Existe un imperativo ético que implica –en este caso- hacer las adecuaciones curriculares y metodológicas que correspondan, dotar de los medios adecuados a los docentes, preparar a la comunidad escolar e interactuar con las familias.
Los problemas pedagógicos derivados de un aprendizaje lento son difíciles de solucionar directamente con las metodologías de enseñanza habituales. Estos están relacionados con las siguientes insuficiencias que dificultan la labor docente:
- Falta de concordancia entre el nivel de desarrollo de sus estructuras cognitivas y la complejidad de determinados contenidos escolares.
- Insuficiente motivación para aprender, acompañada, con frecuencia, de bajo nivel en su autoestima.
- Dificultad del niño para adquirir una autonomía de estudio y aprendizaje, que le permita establecer sus propias estrategias para estudiar y memorizar, hacer síntesis, generalizar sus conocimientos o asociarlos con los preexistentes, lo cual afecta su rendimiento global.
- Por otra parte, las condiciones en que el docente debe llevar a cabo la labor educativa de sus alumnos, como por ejemplo la gran cantidad de niños por curso, interfiere significativamente en la adecuada atención que debería brindar este profesional hacia estos niños.
- Las dificultades de aprendizaje de estos alumnos aparecen frecuentemente asociadas con alteraciones emocionales, las que contribuyen a potenciar su impacto negativo sobre el desarrollo psicológico infantil.
La familia juega un rol protagónico en la integración del niño con aprendizaje lento al sistema educacional común, ya que si el grupo familiar estructura un sistema de interacción basado en un modelo de convivencia con tensiones, agresividad, desautorización entre los padres de sus actitudes hacia el niño, intolerancia hacia el bajo rendimiento de su hijo, sobreexigencia de sus capacidades, expectativas paternas inadecuadas, etc., producen habitualmente una agudización de sus dificultades, fracaso escolar y en casos extremos deserción escolar temprana.
Lo anterior nos lleva a una reflexión obligada, cual es la de pensar si existen los medios para potenciar las capacidades de estos niños, superar sus dificultades y otorgar, en definitiva, igualdad de oportunidades a ellos. Existe un imperativo ético que implica –en este caso- hacer las adecuaciones curriculares y metodológicas que correspondan, dotar de los medios adecuados a los docentes, preparar a la comunidad escolar e interactuar con las familias.
1 comentario:
Insuficiente motivación para aprender, acompañada, con frecuencia, de bajo nivel en su autoestima.
- Dificultad del niño para adquirir una autonomía de estudio
Me siento así.. aunque soy adolescente y estudio medicina, en una de esas no me motiva la carrera
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