domingo, julio 17, 2005

El Fin de los Manicomios


Pese a que el campo de acción de la psiquiatría es amplísimo, abarcando diversas áreas de la alteración psíquica -las que suelen darse también en personas no enfermas- como depresión, angustia, duelo, etc., siempre llamó la atención el papel del psiquiatra con la persona que presenta una alteración mental grave. Tan cierto es esto, que hasta no hace mucho tiempo era frecuente escuchar: “para que voy a ir al psiquiatra, si no estoy loco”. La frase anterior, además de representar un desconocimiento del quehacer de la psiquiatría, lleva consigo toda la carga estigmatizante que la sociedad ha dejado caer sobre el enfermo mental.

Antes que estas alteraciones fueran entendidas como un problema médico, la persona afectada por una pérdida del juicio, era considerada como poseída por espíritus malignos, por lo que podía ser incluso quemada. Más adelante, hubo distintas etapas en el desarrollo de una visión diferente del enfermo, sin embargo, es posible afirmar que desde la Edad Media hasta hace unos años, se mantenía un esquema de trato al paciente, en el que sus derechos no estaban respetados, así como tampoco la sociedad asumía su responsabilidad en el tema. De este modo, los términos usados para nombrar a la persona eran orate, alienado, insano o simplemente, loco, siendo la conducta a seguir, usualmente el encierro en manicomios o casas de orates, lugares en los que eran asilados para el resto de su vida.

En este ámbito, el de las psicosis, la psiquiatría moderna ha experimentado dos enormes avances: Por una parte, el descubrimiento de nuevos fármacos, los que logran cambiar el curso y pronóstico de algunas enfermedades; en segundo lugar, el concebir a la Persona con Discapacidad de causa Psíquica considerando todos los aspectos psicosociales que su situación tiene. Este último punto, basado en la acepción más amplia de la Teoría Sistémica, entiende que las personas integramos una familia, la que se inserta en una comunidad, la que está inmersa en la sociedad. Cada uno de los sistemas mayores moldea y condiciona a los que contiene, por lo que es fácil entender el rol que la familia, comunidad y sociedad entera tienen en la rehabilitación e integración plena de la Persona con Discapacidad de causa Psíquica.

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