domingo, abril 10, 2005

Títulos y Carreras

En numerosas ocasiones he escuchado y leído a Fernando Flores entregándonos su visión de desarrollo necesario y urgente para nuestro país y región, con aportes que abarcan una gran gama de temáticas. Una de estas temáticas me llevó a escribir estas lineas.

Últimamente he centrado mis lecturas en aquellos tópicos asociados a la educación, considerando que en Chile -en particular en Iquique- se aglutinan falencias y desafíos de magnitud considerable en el ámbito educacional, abarcando todos los niveles de enseñanza. En esta búsqueda, encontré el documento “El Espíritu Emprendedor y la Vida Wired. El Trabajo en el Ocaso de las Carreras”, que el Senador escribió junto a John Gray, texto que me ha llevado a una reflexión y a una necesidad tremenda de movilizar acciones en pos de una actualización de nuestros enfoques de educación universitaria.

Iquique contaba hasta hace cuatro años con una sola universidad, la que experimentaba una expansión de sus sedes hacia otras regiones del país. Hoy en nuestra ciudad existen seis instituciones universitarias, entre estatales y privadas, que entregan una amplia oferta de programas académicos, ampliando ostensiblemente las posibilidades de educación y perfeccionamiento para muchos jóvenes y adultos. Pues bien, el cursar un plan de estudios no significa necesariamente estar haciendo una carrera, ya que para ello se requieren elementos adicionales a los entregados tradicionalmente en las universidades, las que suelen poner al alcance del estudiante algunos cúmulos de información y la posibilidad de adquirir habilidades y destrezas para el uso eficaz de esa información.

En nuestros tiempos no basta con lo señalado, hace falta a lo menos lograr que el título entregado represente la posesión de competencias, más que de información, competencias que deben estar en constante puesta al día, ya que cuando nuestro estudiante se titule, el conocimiento humano se estará duplicando cada tres o cuatro años, quedando en obsolescencia quien no tenga la capacidad de renovarlo a la misma velocidad de su generación. Nuestra experiencia en las sedes del norte de la Universidad del Mar señala que debemos incorporar en los programas el aprendizaje permanente del idioma inglés y la actualización constante en tecnologías de la información y comunicación.

Pero no basta, se requiere también desarrollar habilidades de emprendimiento, cuya simple definición (emprender: acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro) aportada por la Real Academia Española nos lleva a complementarla con la necesidad de vincularse a otras personas o entidades, debiendo constituirse los futuros profesionales en una oferta real para las demás personas o instituciones. Sólo de esta forma se estará en posibilidad de hacer carrera, la que no nace como corolario o agregado inequívoco luego de la obtención de un título, sino que implica el desarrollo de capacidades adicionales, de la incorporación de valor a la persona y a la oferta que ella represente.

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