A propósito de la formación integral de los futuros profesionales de la salud, realizamos una discusión acerca de los conceptos de Salud, Salud Mental y Salud Mental Comunitaria. Para ello nos apoyamos en las diferentes posiciones y definiciones que respecto a estos tópicos presentan entidades e investigadores del orbe.
En primer lugar, nos centramos en el término “Salud”, sin pretender dilucidar o refundar planteamientos, sino que instalar un debate. La Organización Mundial de la Salud (OMS), la definió como “el estado de completo bienestar físico, psíquico y social, y no sólo la ausencia de enfermedad”. Lo sobreinclusivo de este planteamiento lleva a que será muy difícil catalogar a alguna persona o grupo social como “saludable”, por el nivel de exigencia que se impone en él. De esta dificultad nace la llamada definición dinámica, que plantea: “salud es el logro del más alto nivel de bienestar físico, mental, social y de capacidad de funcionamiento, que permitan los factores sociales en los que viven inmersos el individuo y la colectividad”. Si bien es cierto, esta postura incorpora un sentido de realidad, no es menos verdad que lleva a un conformismo, pues establece límites para la salud, dados por las posibilidades que la situación permita; luego, podríamos calificar de saludable la situación de los habitantes pobres de Haití, considerando que el nivel de salud al que acceden se ajusta a la realidad en que viven.
Pasando al ámbito de “Salud Mental”, también la OMS aportó su definición: “capacidad de las personas para enfrentarse satisfactoriamente a los retos de la vida”. Un breve análisis, sumado a la experiencia de los diferentes equipos en que he participado, lleva a extrañar la incorporación de elementos que den cuenta de la interacción de la persona con su comunidad, lo que considero de primerísima importancia en el concepto estudiado. En este plano, nuestro país e Iquique tienen mucho que aportar, considerando el trabajo del Servicio de Psiquiatría del Hospital Regional, con señeros aportes al respecto. Para motivar la discusión, les presento el planteamiento de Enrique Pichón Rivière, quien señala: "...entendemos que el sujeto es sano (mentalmente hablando) en la medida en que aprehende la realidad en una perspectiva integradora y tiene capacidad para transformarla modificándose, a su vez, él mismo. El sujeto es sano en la medida en que mantiene un interjuego dialéctico con el medio y no una relación pasiva, rígida y estereotipada". ¿Qué dicen las instituciones públicas al respecto? Antes de estudiar la postura nacional, revisé los planteamientos de algunos de países latinoamericanos, encontrando particularmente interesante la definición de Salud Mental del Ministerio de Salud de Colombia: “Es la capacidad de las personas y de los grupos para interactuar entre sí y con el medio ambiente. es ... asimismo, el logro de las metas individuales y colectivas, en concordancia con la justicia y el bien común".
Un próximo escrito abordará la situación chilena.
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