sábado, junio 11, 2005

Líderes desde el Colegio

Hace un tiempo recibí de una Educadora una consulta muy interesante, cuya respuesta quiero compartir con ustedes:
Pregunta: Como educadora me inquieta mucho la conducta de los niños. Mi inquietud está referida a la capacidad de liderazgo que tienen algunos menores, que en ciertas oportunidades limitan en la agresividad. Cómo enfrentar esta situación, en particular si los padres no asumen esa situación.
Respuesta: Nuestro sistema educacional se caracterizó históricamente por incorporar el paradigma conductista, el que pone el acento en la enseñanza, más que en el aprendizaje. En ese esquema, el alumno fue considerado como un sujeto pasivo, que debía recibir los conocimientos de parte del profesor, sin requerirse una actitud de activa búsqueda del conocimiento. En tal modo de hacer las cosas, la inquietud, la creatividad y el liderazgo no sólo no eran necesarios, sino que incluso podían estorbar o entorpecer la labor docente y el necesario clima de sumisión que otrora se requería.

Cuando la sociedad va descubriendo las enormes potencialidades que tienen los niños y los comenzamos a escuchar, a mirar con otros ojos y a considerar sus derechos, irrumpe el sistema constructivista, que pone el acento en el protagonismo del alumno en cuanto a ser sujeto constructor de su propio conocimiento, en un proceso centrado en el aprendizaje y en el que el profesor asume la gran tarea de ser facilitador o mediador en el proceso educacional.

Esta perspectiva valora al alumno creativo, emprendedor y líder, sin embargo, si a estas características no se les añade la necesaria responsabilidad, autocontrol y formación valórica, puede crearse una situación de difícil manejo, por lo que coincido con la preocupación que usted expresa. De igual manera, es necesario subrayar que la actitud de líder no necesariamente desencadena agresividad, sino que esta se da cuando concurren condicionantes de tipo familiares o del entorno escolar o barrial que la favorecen, lo que implica enfocar la atención a estos entornos para corregir eventuales alteraciones en la dinámica familiar o en la convivencia escolar.

Como he planteado en otras ocasiones, la familia juega un rol clave en la educación de los niños, debiendo actuar en forma sinérgica con el colegio. Si esta actitud formativa está débilmente ejercida, debemos asumir que es posible que esta familia esté viviendo una situación de conflicto, en cuyo caso corresponderá orientarla a un servicio de apoyo en salud mental familiar.

En el aula, es necesario canalizar productivamente los liderazgos de los alumnos, lo que se puede lograr asignándoles responsabilidades y preocupándose de establecer en todo momento una comunicación franca y abierta con ellos. Muchas veces la percepción de injusticia gatilla episodios de violencia escolar, los que se previenen generando un clima de confianza y acercamiento entre profesores y alumnos, sin olvidar que también el control social ejercido por los pares puede colaborar en la regulación de conductas disruptivas de los muchachos con tendencia a la violación de reglas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

BUENO ME GUSTO ESTE ARTICULO, PORQUE ENTREGA CONCEPTOS BASICOS PARA UN PROFESOR EN CUALQUIER ENSEÑANZA DE QUE SE TRATE.

Julio Volenski dijo...

Gracias por su comentario. Si desea que me refiera a algo en particular, sólo hágamelo saber.

Le saluda cordialmente
Julio Volenski

Anónimo dijo...

Un abrazo Julio.
Aprovecho también esta vitrina para mandarte un saludo para ti y los amigos iquiqueños por los hechos recientes. Animo!!
www.jorgedominguez.cl